El Padre Javier Prieto, fundador de la Pascua Juvenil en México, charló con los participantes de todo el país en la Pre-Pascua celebrada en Aguascalientes, del escenario que antecedió a la Pascua Juvenil en 1980.
Compartió que el Objetivo de la Pascua Juvenil era, que el muchacho se encontrara con Cristo Vivo y que después lo llevara a la vida. Que fuera el culmen de todo un proceso de un año, para que salieran renovados y surgiera un nuevo estilo de vida… en Cristo vivo, que lo llevara a transformar su vida, su entorno y su sociedad.
El Padre Javier Prieto, señaló como uno de los escenarios que vivían los jóvenes: control que vivía la juventud por el autoritarismo eclesial, familiar y político. Ante la poca participación que sentían los jóvenes se mostraron inquietos e inconformes.
Esa inconformidad se manifestó en rebeldía pero también en organización: juventud obrera, organización estudiantil…
Desafortunadamente muchas de estas experiencias fueron reprimidas. Y simbólicamente esta represión significó la muerte de tantos jóvenes. Pero en el corazón de tantos jóvenes se quedó la llama encendida la de un deseo de cambio.
Es así como el Evangelio comenzó a calar en la Iglesia: surgimiento de comunidades eclesiales, los Obispos del mundo reflexionaban sobre su respuesta al mundo, con el Concilio Vaticano II y en las conferencias episcopales en Latinoamérica.
Muchas reacciones dentro de la Iglesia aparecieron. Reacciones contrarias, reacciones tradicionalistas, libertinas y reacciones innovadoras que instaban a vivir el Evangelio. Es así como surgió la Pascua Juvenil en el marco y escenario de una Iglesia que priorizó a los Jóvenes en la Conferencia del Episcopado latinoamericano en Puebla.