“¡Joven, a ti te digo, levántate!”
Amanecimos hoy con la grandiosa noticia: el Santo Padre nos prepara en el itinerario hacia la siguiente Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2022. Y en estos dos años precedentes, reflexionaremos juntos sobre dos textos bíblicos: “¡Joven, a ti te digo, levántate!” (cf. Lc 7,14), en el 2020, y “¡Levántate! ¡Te hago testigo de las cosas que has visto!” (cf. Hch 26,16), en el 2021.
Pues hoy, el Papa nos comparte su mensaje, para que en el domingo de ramos, reflexionemos con el verbo que en común tienen estos textos: “levantarse”. Esta expresión asume también el significado de resurgir, despertarse a la vida; de esta manera también se nos exhorta a comprometernos como agentes, a asumir los regalos que el Papa nos dio, la Christus Vivit y el Documento Final del Sínodo.
“¡Joven, a ti te digo, levántate! (cf. Lc 7,14). Ya cité este versículo del Evangelio en la Christus vivit: «Si has perdido el vigor interior, los sueños, el entusiasmo, la esperanza y la generosidad, ante ti se presenta Jesús como se presentó ante el hijo muerto de la viuda, y con toda su potencia de Resucitado el Señor te exhorta: “Joven, a ti te digo, ¡levántate!” (cf. Lc 7,14)» (n. 20).”
Es claramente una invitación programática para la Iglesia:
Mirada compasiva ante el dolor y la muerte; Jesús reconoció lo que pasaba a su alrededor, puso su mirada atenta a la tristeza que albergaba a la familia.
Y mi mirada, ¿cómo es? ¿Miro con ojos atentos, o lo hago como cuando doy un vistazo rápido a las miles de fotos de mi celular o de los perfiles sociales?
Tener compasión. El Papa invita a los jóvenes a tener una mirada compasiva: “Queridos jóvenes: No se dejen robar esa sensibilidad. Que siempre puedan escuchar el gemido de quien sufre; déjense conmover por aquellos que lloran y mueren en el mundo actual. «Ciertas realidades de la vida solamente se ven con los ojos limpios por las lágrimas» (Christus vivit, 76).
Acercarse y “tocar”; Jesús se acerca, se hace prójimo, la cercanía nos empuja mas allá y se hace gesto valiente para que el otro viva, un toque que infunde el Espíritu Santo; y los jóvenes pueden también, acercarse a las realidades de dolor y de muerte, podemos tocarlas y generar vida.
“¡Joven, a ti te digo, levántate!”; Jesús te habla a ti, a mí, a cada uno de nosotros, y nos dice: «¡Levántate!». Sabemos bien que también nosotros cristianos caemos y nos debemos levantar continuamente. Sólo quien no camina, no cae pero tampoco avanza. Por eso es necesario acoger la ayuda de Cristo y hacer un acto de fe en Dios, el primer paso es aceptar levantarse.
La nueva vida “de resucitados”; el Santo Padre nos exhorta: “Queridos jóvenes: ¿Cuáles son sus pasiones y sus sueños? Háganlos surgir y, a través de ellos, propongan al mundo, a la Iglesia, a los otros jóvenes, algo hermoso en el campo espiritual, artístico, social. Lo repito en mi lengua materna: ¡hagan lío! Hagan escuchar su voz.”
La resurrección reúne al joven con su madre, en ella nos invita a ver a María, en ella podemos reconocer también a la Iglesia, que quiere acoger con ternura a cada joven, sin excepción.
Que esta cuaresma sea para nosotros un encuentro con esta resurrección y que, como jóvenes, busquemos acercarnos para resucitar al otro.
Link: MENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO PARA LA XXXV JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD